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El aborto, una visión desde la filosofía moral

octubre 4, 2009

Partiendo desde la ética y la filosofía moral, las preguntas que deseo plantear en esta ocasión estarían en la línea siguiente: ¿Está bien o está mal que una mujer suspenda un proceso de gestación?, ¿Es correcto o no recurrir al aborto como medida para salvar la vida de la madre gestante?

Para aquellos que se oponen a la despenalización del aborto resulta claro que no hay posibilidad para concebir que haya un beneficio mayor que justifique una acción que en sí misma viola algún principio.  La Iglesia, en particular, suele sentar posición de defensa de la vida desde una concepción deontológica de la moral, es decir, su argumento es que no es posible aceptar que el bien que se busca en la mujer esté escindido de lo que debe hacerse de manera correcta, es decir, en ningún caso, el bien será anterior a lo correcto.

Sostenerse en una posición deontológica implica defender que no está permitido hacer algo que viole limitaciones o principios fundamentales aún cuando al hacerlo se evitara un daño aún mayor.  Por esta razón, es posible rechazar que el aborto sea una respuesta aceptable en casos de violación o malformación del feto, pues la misma medida, de entrada, está violando el mismo derecho a la vida. En Colombia, por ejemplo, Ministerio de Protección Social ha sustentado que “el derecho a la vida del que está por nacer es un valor jurídico inviolable y que, incluso, prevalece sobre la dignidad de la mujer”[1]

Otra de las características observables en esta posición de defensa de la penalización del aborto se relaciona con que la orientación de sus argumentos está asociada a las decisiones y a los actos más que a todas las posibles consecuencias previstas de tales actos.  Es claro que lo realmente importante es impedir que se cometa el aborto, independientemente de las consecuencias que este acarree tanto para la madre como para el ser que nace.  Aquí no hay lugar para relativismos de algún tipo, no hay un “depende de”, pues la interpretación de sus principios será siempre estrecha y limitada, de ahí que las sentencias deontológicas sean postulados del tipo “no harás”, que ilustran prohibiciones sin ambages.

Desde la otra orilla, tenemos a quienes defienden la despenalización del aborto apoyados en que es posible definir el bien de manera independiente de lo que puede llamarse correcto.  Hablamos entonces de una posición teleológica de la moral.

Desde esta perspectiva, el que se condene o no el aborto depende de un ejercicio de comparación de sus consecuencias, es decir, que es posible aceptarlo como una salida que procura un bien mayor y, por tanto, el aborto sería correcto en la medida en que maximice el bien, que para nuestro caso, sería la vida de la madre o el bienestar de una familia, por ejemplo.

Una posición teleológica defiende el que una persona pueda cometer un acto como el aborto si y sólo si, es la mejor (o igualmente buena) opción que tiene ante sí.  Aceptarlo en caso de violación, de inseminación no autorizada, como medida para salvar la vida de la madre o como alternativa ante una malformación tal que le impida seguir viviendo a la criatura, serían razones suficientes para tal autorización.  En todo caso, nunca será permisible hacer menos bien (o evitar hacer menos daño) del que sea posible.

Es de esta última posición que podría sustentarse la invitación que Marianne Ponsford hace según la cual, ya es hora de “dejar de querer tanto a los fetos del mundo y comenzar a amar más y mejor a los millones de niños que malviven y sufren”.

Como vemos, la discusión alrededor del aborto se encuentra polarizada desde la misma concepción epistemológica del ser.  Entre ellas no podrá haber conciliación posible diferente a que una de estas posiciones claudique en el debate que se de en las instancias legislativas.

La aporía ética.

Tal aporía quedaría constatada en la dificultad de consensuar en una posición frente al tema del aborto.  ¿Es justo o injusto el aborto? ¿Es bueno o es malo?

Hecho el análisis para aproximarnos a las razones por las cuales se juzga como malo o como bueno el aborto, queda pendiente por resolver qué tendría que decir la ética sobre el tema.  Pues bien, ya el título de este apartado lo anticipa y al plantear la cuestión como una aporía ética lo que se pretende decir es que allí tampoco habría consenso.

¿Desde dónde nos apoyamos éticamente para decir que abortar es bueno o es malo?  En la misma filosofía moral se haya vigente un disenso respecto a la naturaleza del juicio ético.  De un lado, podríamos aceptar que tal juicio es análogo a cualquier otra premisa soportada en preferencias subjetivas, lo cual nos lleva a la pérdida de toda opción de universalizar esta posición, quedando reducido todo juicio ético a la posición de un individuo determinado.

De otro lado, podríamos igualmente pretender que tal juicio logre trascender la opinión individual logrando validez más allá de la persona.  Esto nos llevaría a suponer como posible la captura del juicio moral en una especie de sistema formal de conocimiento donde no habría lugar a dilemas morales en tanto que lo malo, lo bueno, lo justo y lo injusto quedaría perfectamente definido.  Sin embargo, nada más lejano a la realidad es lo que ha sido posible comprobar.

¿Qué nos queda? Indudablemente no es el silencio la respuesta de la ética, muy por el contrario, su valor radica en querer abordar lo imposible, he aquí su naturaleza irremplazable.  Dar cuenta de lo humano no es una tarea resuelta por la ciencia y esta misma imposibilidad ha sido posible constatarla también en las mal llamadas “ciencias exactas”, las cuales gracias a Gödel han revelado su humanidad en la inconsistencia.

La aporía ética se haya soportada en el reconocimiento de la trascendencia del juicio humano por sobre lo programable, lo cual nos lleva a plantear que cualquier intento por asegurar que el aborto sea malo porque hay una ley que lo castiga o que sea bueno porque la ley lo permite se podría convertir fácilmente en un simple y vulgar prejuicio.  En este caso, el valor de la ética radica en la posibilidad que tiene para contribuir a que, en medio de cualquier conclusión –ya de por sí arbitraria-, podamos apelar a nociones morales que susciten cierto consenso relativo y con ello aproximarse a conductas cada vez mejor consensuadas.

A manera de prospectiva

Suponer la presencia de la ética en el planteamiento de una política pública que aborde el tema del aborto, implicaría para el país el deber de ofrecer la información necesaria para que sus ciudadanos puedan tomar decisiones con conocimiento de causa.  Estamos hablando entonces de una estrategia que aborde formalmente el tema desde todas las instancias educativas disponibles y que contribuya a la “medición” de los efectos de tales políticas.

Hemos planteado ya que un aporte importante de la ética es lograr aproximarse a mayores consensos sociales, pues bien, en prospectiva, su papel resultaría crucial para determinar la conveniencia o no de la aplicación de una política social de esta naturaleza, pues los resultados podrían reflejar el grado de satisfacción de una comunidad ante una ley sobre el aborto.

Hemos de asumir que el éxito de una política pública radica en sentar las bases para que las personas puedan vivir el tipo de vida que les da suficientes razones para quererla vivir y, al respecto, es mucho el trabajo que haría falta hacer en El Salvador donde la polarización de opiniones sobre el aborto es el rasgo más sobresaliente.

La polarización tendría que ser abordada, precisamente, con más ética en el sentido de procurar evitar los fundamentalismos y las posiciones radicales y ésta sería una labor central en cualquiera de las decisiones que tome el órgano legislativo.   Habría que asumir, además, que no se va a tener resuelto el tema de qué es lo bueno o qué es lo malo, simplemente, se tienen argumentos y deseos de construir un país donde todos tengamos la opción de disentir y vivir una vida que nos motive y nos rete a encontrar acuerdos en medio de las diferencias.

Julián Antonio Victoria Libreros


[1] Diario El Espectador, Colombia, semana del 17 al 23 de Julio de 2005

4 comentarios

  1. Hola. Estoy haciendo un trabajo (el TDR)sobre esto y me gustaría saber si conoceis más páginas (he encontrado varias en google) en las que pueda buscar información, sobre todo de leyes reales que hablen al respeto actualmente. Y si conoceis a alguien que lo haya practicado, porfavor si se podría poner en contacto conmigo. Solo quiero hacer una entrevista; no saldría el nombre de la persona, ni porsupuesto su imagen. Solo necesito un testimonio para la parte practica. Serían preguntas del tipo; donde lo practicaste? Te fue dificil dar con el sitio? Tenías confianza en él? etc. No serían mas de diez preguntas. Porfavor.
    Muchas gracias a todo/as. mi email es:almu_693@hotmail.es
    no dudéis en contactar! mUCHAS GRACIAS


  2. julian antonio podrias tu mandarnos , bibliografias referente al aborto dentro de la filosofia searia para nosotros de gran ayuda ya que presentaremos monografia a fin de año desde aqui gracias y hasta pronto ,por este medio podrias mandarnos ,las biobliografias
    gracIAS Y FELICIDADES


  3. Interesantísimo post, realmente es el primero que he encontrado que aborde el problema objetivamente y teniendo en cuenta todas las partes de la discusión. Saludos



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